martes, 6 de enero de 2009

QUE VIENEN LOS GALOS

Durante siglos los estudiantes de todo el mundo han comenzado su aprendizaje del latin con esta frase:"Gallia est omnis divisa in partes tres", asi arrancan los comentarios de la guerra de las Galias, firmado por el que más tarde seria dictador vitalicio de Roma, Cayo Julio César.
Es un texto que, por la clásica sencillez de su estilo se ha convertido en uno de los más traducidos de la historia. Sobre ningún otro pueblo de los llamados bárbaros tenemos tantos informes como los que proporciona el relato bélico de César acerca de los galos.
Conviene tener presente que nuestra visión de la Europa bárbara es siempre de segunda mano, por haber sido transmitida a tráves de los textos de griegos y romanos. No es que los galos ignorasen la escritura, según el propio César la conocian, pero no eran partidarios de usarla por temor a que debilitase su memoria y a que sus enemigos se enterasen de sus secretos. Para ellos, el único conocimiento útil era el que estaba en el interior de las personas, de modo que la instrucción que recibian los jovenes galos se basaba en el aprendizaje memorístico.
Durante largos años recitaban interminables rimeros de versos en los que se contenía todo cuanto los poderosos druidas habian decidido que necesitaban saber.
De este modo cuándo desaparecio el último de ellos también lo hizo toda esperanza de llegar a conocer su cultura desde dentro.
Los galos, eran celtas, y los celtas eran... un misterio. El término aparece por primera vez en un escrito griego del siglo V a de C., refiriendose a la Céltica, una región que el texto situa cerca de la Liguria. Puesto que la Liguria llegaba hasta Marsella, aquella Céltica podria corresponder tanto al sur de Francia como a España. 0 a ambas. De ninguna mención conservada puede extraerse una noción clara acerca de la extensión de las tierras celtas, excepto que el Rin era su limite con los germanos. Y hasta eso es dudoso, porque las excavaciones arqueologicas a uno y otro lado del rio no muestran diferencias apreciables entre los antiguos habitantes de ambas riberas.
En 390 a.deC. penetraron en la peninsula itálica y saquearon e incendiaron Roma.
Manejaban bien la lanza y despreciaban las armaduras. E n general, preferian las armas ofensivas a las defensivas. Parece que muchos no usaban casco ni coraza, y que algunos peleaban con el torso desnudo, su única proteccióbn consistia en un escudo grande y pesado. Sus espadas estaban más orientadas a cortar que a clavar, como los sables. Tal vez hubiera en esto algo de propaganda pero según los romanos, las espadas de los galos eran endebles a causa de la maca calidad de su temple, y a menudo se rompian al golpearlas con fuerza. En cuanto a las armas arrojadizas, sus lanzas y jabalinas eran temibles, pero en cambio no parece que usaran el arco mas que para la caza.
Eran expertos en técnicas de guerra psicologica. Cuando se presentaban ante el enemigo, procuraban que su imagen fuese lo mas aterradora posible. Para ello, tambien hacian sonar instrumentos a la vez que cantaban a voz en grito y entrechocaban sus espadas y escudos. Del efecto que esto producia en sus enemigos se hizo eco Polibio:"El aspecto del ejercito galo y el estruendo que producian helaba de espanto a los nuestros".
El número de cuernos y trompas que hacian sonar a la vez era incalculable, y a este estrépito se añadia ademas el potente clamor humano, un rugido feroz e incesante que procedia de las filas de los guerreros. A continuación y antes de trabarse en combate, se adelantaban sus campeones y desafiaban al enemigo a luchar en combates singulares.
Valientes e indisciplinados, como Astérix, misticos y aficionados a los banquetes, así eran los galos, el pueblo celta asentado en la actual Francia, en pugna permanente conra la todopoderosa Roma

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