domingo, 15 de febrero de 2009

LAS PREGUNTAS

Se ha fijado en la cantidad de preguntas que hacen los niños? Muchos comienzan en cuanto aprenden a hablar. Con ojos curiosos y bien abiertos miran a uno y le dicen; ¿porque el cielo es azul? ¿de qué estan hechas las estrellas?, o ¿quien enseño a cantar a los pájaros?. Sin importar cuanto nos esforcemos por contestarles, a veces nos vemos en aprietos. En realidad hasta la mejor respuesta puede llevar a esta otra pregunta y ¿por qué?
Los niños no son los únicos que tienen la costumbre de preguntar, a medida que crecemos, seguimos haciendo preguntas, tal vez para saber cómo se llega a un sitio, para evitar algún peligro, o por simple curiosidad.
Pero parece que mucha gente deja de hacer ciertas preguntas, especialmente las más importantes. 0 por lo menos deja de buscar las respuestas.
Por ejemplo:
Es esto lo que Dios queria para mi y para el resto de la humanidad?
Dónde puedo encontrar ayuda para superar mis problemas?
Habrá algún dia paz en la Tierra?
Por qué sufrimos?
Qué nos sucede al morir?
Por qué podemos estar seguros de que Dios cumplira lo que ha prometido?
A algúnas personas les parece que la Biblia tiene respuestas muy complicadas. 0tras no se atreven a preguntar por miedo a quedar avergonzadas. Y hay quienes creen que estas cuestiones es mejor dejarselas a los lideres y maestros religiosos.
¿qué opinas tú? ¿qué opino yo?
Seguramente, deseamos conocer la respuesta a las grandes cuestiones de la vida. A veces quizás nos hagamos preguntas como esta:
¿para que hemos venido a este mundo?, ¿es esta vida todo lo que hay? ¿cómo es Dios?
Piense por ejemplo en un padre sabio y amoroso que tiene bajo su techo a un hijo ya adulto. Cuando este se hace rebelde, cuando se va de casa, su padre no le detiene, el hijo toma un mal camino y se mete en dificultades. ¿diriamos que el padre es el causante de los problemas de su hijo? Claro que no.
De igual manera, Dios no ha impedido que los seres humanos tomen un mal camino pero eso no significa que el sea el causante de las desgracias que ellos mismos se han buscado. No cabe duda de que seria injusto culpar a Dios de todos los males que sufre la humanidad.
Pensemos en la destrucción del planeta, sin lugar a dudas lo estamos destruyendo nosotros, los hombres, no Dios.
Mientras tanto Dios ama la justicia, El se interesa profundamente en si algo está bien o mal, y odia toda clase de injusticia. La Biblia dice que se sintió herido en el corazón cuando en tiempos antiguos el mundo se lleno de maldad. Y Dios no ha cambiado sigue odiando el mal y compadeciendose de los que sufren. El se interesa por todos nosotros nos asegura la Biblia en 1 Pedro 5:

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