miércoles, 13 de enero de 2010

Las Orquideas en la naturaleza


Si dos o más especies relacionadas florecen en la misma zona, existe la posibilidad de que se produzca un hibrido natural. En la naturaleza, los insectos y otras criaturas hacen de agentes polinizadores. Cuando un polinizador visita una orquidea en busca de néctar, el polen de la flor se adhiere a su cuerpo y es transportado a otras flores, lo que da lugar a la fecundación. Las orquideas fecundadas producirán un fruto semejante a una cápsula.
Con el tiempo, la cápsula madura y se abre, dejando escapar miles, o hasta millones, de semillas. Algunas caen al suelo, mientras otras muchas son disaminadas por la acción del viento. Las semillas que echan raices se enfrentan a grandes obstáculos y muy pocas alcanzan la madurez. Las plantas que se desarrollan cuando el polen de una especie fecunda otra especie sin que intervenga la mano del hombre se conocen como hibridos naturales. ¿Y cómo se produce un hibrido artificial?
Un hibrido de orquidea se obtiene combinando las caracteristicas de las plantas progenitoras. Por eso, el cultivador primero evalúa el tipo de flor que desea producir. Tal vez busque determinado color, rayas o manchas, o a lo mejor desee combinar dichas caracteristicas con una planta de flores pequeñas o flores grandes. La fragancia es otro factor. Teniendo presente estos elementos, el cultivador selecciona dos orquideas con al esperanza de que, al cruzarlas, transmitan a sus descendientes los rasgos deseados. Una de las especies seleccionadas pudiera ser, por ejemplo la Paphiopedilum armeniacum, descubierta en China en 1979, que transmite un color dorado intenso a sus descendientes hibridos, cuya belleza nos deja boquiabiertos.

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