jueves, 5 de febrero de 2009
NAVEGANDO POR LOS CANALES DE KERALA
Imagine que hace un crucero por los deltas de 44 rios en una casa-barco elegantemente amueblada. ¿es eso posible?, sí en los 900 km (550millas) de canales y lagos del estado de Kerala en el suroeste de la India. Es una experiencia feliz y única flotar en el regazo de la naturaleza. Mientras el barco se desliza perezosamente sobre las aguas, no podemos dejar de admirar los lagos naturales, los canales artificiales, las lagunas bordeadas de cocoteros y el verde exhuberante de los campos de arroz. Probablemente debido a la belleza de este mundo acuático la revista National Geographic Traveler incluyó Kerala entre los 50 primeros destinos obligados de todo viajero.
Tampoco podemos pasar por alto a los moradores de las orillas de los numerosos canales. Su vida no ha cambiado mucho desde la llegada de los turistas y los hoteles de cinco estrellas. Aunque algunos ahora trabajan en los nuevos hoteles o en otros establecimientos relacionados con la industria turistica, su cultura y sus labores cotidianas permanecen básicamente inalteradas. Cultivan arroz y cocos, y el pescado complementa su dieta diaria y sus ingresos.
La pesca es parte de la vida de aqui, un espectaculo que solo se ve en este lugar es el de las mujeres pescando karimeen con las manos. Estos peces perlados, exclusivos de las aguas de kerala son un exquisito manjar para indios y extranjeros. Las mujeres caminan por los canales con ollas flotando detrás. Cuando los peces las ven venir, entierran la cabeza en el fango, pero ellas, que son más listas, van tanteando el suelo con los pies hasta detectarlos. Entonces se agachan rápidamente bajo y agua y atrapan con las manos a las confiadas presas que, retorciéndose, van a parar a las ollas. Una vez que han capturado bastantes, vuelven a la orilla, alli las esperan los ansiosos compradores. Los ejemplares mas grandes y caros, se destinan a los hoteles de cinco estrellas, donde hacen la delicia de los ricos, mientras que los más pequeños satisfacen el paladar de los menos adinerados.
Una imagen muy común en estas playas son las espectaculares redes de pesca chinas, que constituyen una gran atracción turistica.
Se cree que fueron traidas al puerto de Cochin antes del año 1400 por mercaderes chinos procedentes de la corte del emperador Kublai Kan. Estos instrumentos de pesca, que se operan manualmente fueron usados primero por los chinos, y luego por los colonos portugueses. Hoy, como hace seiscientos años, son el medio de sustento de muchos pescadores y proporcionan alimento a infinidad de personas. Por sorprendente que parezca, la captura de una sola red alcanza para alimentar a una aldea entera. La imagen idilica de estas redes secándose con el Sol poniente como telón de fondo ocupa un lugar especial en el álbum de fotos de muchos viajeros.
Pero las redes chinas no son la única atracción turistica. Las actividades acuáticas como las tradicionales carreras de las barcas-serpiente, atraen anualmenta a millares de personas.
Las barcas-serpiente, son canoas largas y estrechas denominadas asi porque la popa tiene la forma de la cabeza de una cobfra. Antiguamente las utilizaban los reyes guerreros en las batallas que libraban después de las cosechas, pero cuando se hizo la paz, estas majestuosas embarcaciones cayeron en desuso, y solo surcaban las aguas durante las ceremonias rituales. Entonces iban tripuladas y decoradas y se exhibian con gran orgullo como representativas de la cultura local. También se organizaban carreras entre ellas en honor de los dignatarios presentes, una tradición milenaria que todavia esta en auge.
Es habitual ver en estas competiciones hasta veinte naves, cada una con una tripulación de entre 100 y 150 hombres. Más de un centenar se sientan en doble fila empuñando remos cortos. Cuatro timoneles, armados con remos más largos para dirigir la embarcación, van de pie sobre la popa, hacia el centro, dos hombres marcan la pauta a los remeros golpeando con palos una tabla acústica. A estas acciones de ánimo se suman las de al menos otros seis hombres que dan palmadas, silban, gritan y entonan los singulares cantos de los barqueros.Entonces, remando al ritmo de los golpes acompasados, la joven tripulación quema las últimas energias en una emocionante carrera hacia la meta.
En 1952 el primer ministro de la India, visitó Alleppey, una ciudad clave de la región y quedó sumamente impresionado por la regata a la que asistió.
Las barcas-serpiente no son las únicas que atraen a los turistas, cada vez ganan más popularidad las barcazas de arroz, naves construidas a la antigua usanza y convertidas en lujosas casas flotantes.
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