
Miremonos a la cara, a los ojos despacio,
no más desastres,
no más crimenes.
No entres una vez más a saco en la ciudad que es tuya.
Deja tus brazos en torno de mi cuello, igual que una bufanda para los días de frio.
Amor, cuándo llegues, di buenas noches
ó
buenos días.
Dejemos los recuerdos.
Cuándo regreses, entra
y más tarde...
NO TE MARCHES.
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